por
Javier Navascués
El P. Juan Gonzalo Callejas,
sacerdote exorcista colombiano, ha estudiado en profundidad la relación
existente entre el rock y el satanismo y las nefastas consecuencias que tiene
en muchas almas que han acabado consagrándose a Satanás. No es simplemente puro
marketing, como nos quieren hacer creer, es algo real y perfectamente
demostrable como explicará en esta entrevista. Acompáñenos en un viaje
apasionante a las entrañas e inframundos del rock y de toda la ideología que
hay detrás.
¿El tema del rock y el satanismo es más serio de
lo que parece?
Efectivamente y creemos estar en la obligación
de dar un toque de alarma sobre una realidad que amenaza a nuestra sociedad, a
nuestra fe: los mensajes satánicos en la música rock y la música latina. Se
trata de un peligro que va dirigido especialmente contra uno de los sectores
más indefensos de la sociedad: los jóvenes.
Queremos atraer la atención sobre todo de los
adolescentes, por ser ellos el objetivo directo del mal que se esconde en la
música. Así mismo nuestra alarma la dirigimos a los padres, educadores, y a
toda autoridad constituida, porque estamos seguros de que nos encontramos ante una
de las armas más peligrosas para la misma convivencia humana.
Muchos lectores en este primer punto, pueden
pensar que exagera, ¿Todo el rock es satánico o sólo el más duro?
Para entender la maldad encerrada en este tipo
de música, debemos partir del presupuesto que, desde la antigüedad, las
culturas han vinculado cierto tipo de música a los rituales procreativos. Con
este fin los creadores o inspiradores del heavy metal llevaron a cabo una
intensa investigación de los ritmos de tribus africanas y de los ambientes
vudú, recopilando todos los ritmos de ritos copulatorios, de encantamientos y
de los conjuros mágicos.
El beat martillea con insistencia todas las
pulsaciones emotivas, físicas y sicológicas, buscando el modo de excitar el
sistema nervioso de los oyentes y de paralizar el proceso mental de la
conciencia. Podríamos decir que el ritmo o “beat” es el arma principal del rock
para atacar las conciencias. Desafortunadamente no es la única, es sólo la
primera de una larga lista.
La propia palabra rock significa fornicación en
ambientes marginales y está basado como dice en ritos copulativos tribales…
En 1954 el músico Bill Haley se hace famoso con
el tema Rock around the clock y un disc-jockey acuña el término “Rock and roll”
para identificar este nuevo ritmo musical, en aquel entonces no significaba lo
que hoy entendemos por rock and roll. Esta frase está tomada de la jerga
popular de los guetos americanos y describe los movimientos del cuerpo durante
el acto procreador humano.
Según esto, podemos apreciar que ya desde sus
orígenes este ritmo lleva en sí la impronta de una revolución sexual, que
llevará su manifestación más descarada en el cantante Elvis Presley, que se
consagró a promover el sexo libre entre los jóvenes, a la par que una rebelión
contra todo lo puritano y religioso.
Este verdadero ídolo de tantas generaciones se
complacía en incitar a la juventud, no sólo con la música y las letras, sino
sobre todo con gestos provocativos que acompañaban sus espectáculos. Por esa
razón, desde el principio de su carrera fue apodado Elvis, “The pelvis”, por
los movimientos rotatorios de su cintura.